jueves, 31 de julio de 2014

Ley de (in) seguridad ciudadana


Todo estudiante de derecho que se precie, debe empezar por comprender para qué y porqué motivo están las leyes. Los seres humanos, dentro de nuestra esfera personal, familiar, laboral.... tenemos intereses particulares que a menudo chocan con el grupo social en el que cohabitamos. Con este motivo, entre otros, surgen las leyes. Pero no entendamos que existen tantas leyes como supuestos a regular, pues esto no sería más que un retroceso en la evolución social que desde luego debe estar por delante de cualquier norma o ley, es decir, las leyes deben regular hechos que ya se producen, y para asegurar su efectividad deberían ser aceptadas por el conjunto social al que se dirigen, respetando sus derechos y su moral,  pues solo así pueden tener algún tipo de control positivo o negativo de la conducta humana. Una ley que no es aceptada por la mayoría, carece de efectividad por cuanto sus destinatarios tenderán a desobedecerla. Aunque no regulan cada aspecto de nuestra vida, es cierto que existen gran multitud de normativas, reglamentos y leyes que complican la vida al jurista o estudiante que pretende localizar la que mejor se ajusta al supuesto de hecho. Gran variedad de situaciones reguladas que no pocas veces lo son  por disposiciones autonómicas, locales, reglamentos... la búsqueda puede volverse desesperante. En este gran museo, podemos encontrar la Ley de Seguridad Ciudadana 1/92, que fue aprobada cuando estaba de Ministro José Luis Corcuera y levantó no pocas ampollas entre la sociedad, siendo la que actualmente se encuentra en vigor, expectante de que la propuesta por el Ministro Jorge Fernández Díaz, la derogue. El porqué de una ley, sin duda deberíamos encontrarlo en la  exposición de motivos, que antecede al articulado, y que consiste en exponer las razones que el legislador encuentra en la realidad social del país para su promulgación. Es difícil saber exactamente el porqué de la ley de Fernández Díaz, dada su etapa gestante, pero si echamos un vistazo al contexto social actual, parece que lo que se quiere regular son las protestas sociales, los denominados escraches.... Existe gran controversia entre la población general respecto de si deben limitarse determinados derechos como el de huelga, manifestación, libertad de movimiento, a raíz del surgir de movimientos sociales y ciudadanos anónimos que desean mostrar su descontento con la actual situación socio - económica que atraviesa España desde hace más de un lustro. Dado el
Joaquím Bosch
trasfondo jurídico y social de esta cuestión, he creído necesaria la opinión del Magistrado - Juez y Portavoz de Jueces para la Democracia Joaquím Bosch, a quien tras pedirle su colaboración por las redes, sin dudarlo (lo que se agradece), ha aceptado. Planteadas estas y otras cuestiones en relación con la citada ley, me indica que la motivación del gobierno está en "crear instrumentos para sancionar toda una serie de conductas muy vinculadas a la libertad de expresión y el derecho de manifestación, en unos tiempos de cierta conflictividad social, pretendiendo, el poder político, silenciar las críticas a su gestión que le resultan más incómodas, como las protestas en las calles." 
La Asociación de jueces de la que es portavoz cree que los manifestantes, con la entrada en vigor de esta ley "se arriesgan a recibir multas muy elevadas, que en algunos casos pueden superar los 600.000 euros, resultando que estas sanciones son impuestas por la autoridad gubernativa y no por los jueces". Creen que lo que se pretende es evitar que con la judicialización de estas conductas se sigan escapando manifestantes amparados por resoluciones judiciales que limitan a los poderes públicos frente a la libertad de expresión, escraches pacíficos.... para apoderarse de estas decisiones el poder gubernativo. Escuchados estos argumentos,a mi juicio, visto lo visto, lo que se pretende es crear una ley que para JpD  "es autoritaria y atacará la pluralidad democrática existente".  "El argumento del gobierno es que se pretenden frenar las manifestaciones violentas, siendo que los datos que del propio Ministerio del Interior arrojan que el 99% de las manifestaciones celebradas en España, han tenido un carácter pacífico" - concluye Bosch. Entonces, cual es la dirección que tomamos: ¿democracia o autocracia? 

viernes, 18 de julio de 2014

No es ciudad para bicicletas

Reconozco que hasta hace bien poco no solía coger la bicicleta, mucho menos por el centro de la ciudad.
Pero desde hace unas semanas suelo coger mi bicicleta y recorro, casi siempre con el mismo recorrido, huesqueta. Para ello utilizo, en aquellas calles donde lo hay, el carril - bici. Desde los primeros días, en los que me forjé una opinión, sigo manteniendo que Huesca no es ciudad bicicletas, o quizás mejor dicho, para ciclistas. No deja de sorprenderme como es posible que estos carriles, que suelen estar pintados de verde sino se han desgastado, se corten, desaparezcan o, incluso,  cambien de sentido. Uno de los primeros ejemplos que encuentro poco después de empezar el recorrido, está en la rotonda que separa la Calle Tarbes del Hotel ABBA. Puede resultar complicado e incluso peligroso cruzar esta rotonda, debiendo tener en cuenta que termina el carril bici justo en una intersección con paso de peatones incluído. ¿Y qué? dirán ustedes. Independientemente de lo brusco que puede resultar ir por tu carril y llegar de repente a su fin para tener que incorporarte a la calzada, vigilando que no se te lleve el que viene por tu izquierda o por detrás, y sólo así poder atravesar la rotonda para volver a entrar en el carril del que nunca debiste salir, no está de más tener presente que como normal general, las bicicletas no deben cruzar por los pasos de peatones, pues éstos son para los viandantes. Así lo establece el Reglamento General de Circulación, que dispone: "La circulación de toda clase de vehículos en ningún caso deberá efectuarse por las aceras y demás zonas peatonales. (Artº.: 121.5)". A pesar de tener suerte y no encontrarnos con un agente con poco sentido común, que termine aplicando el código a raja tabla, aún nos queda trayecto. Y así, como una carrera de obstáculos, lo mismo ocurre en la Plaza Santa Clara, donde debiendo ir (si queremos ser puristas) por la calzada de la rotonda para terminar incorporándonos al carril bici que se encuentra, en sentido contrario a nuestra marcha si venimos del Burguer, debemos extremar la precaución para realizar dicha maniobra. Bien porque en Huesca, no es deporte detenerse en los pasos de peatones, bien, porque (salvo gratificantes excepciones) cuando extiendes el brazo, en vez de interpretarlo el conductor como un intento de cambio de dirección, suele asimilarse como un saludo, del que además no recibirás contestación ¡cuánto mal educado me estoy encontrando!. Vivos, aún, en la jungla de asfalto y tras recorrer la Ermita de Salas, Perpetuo.... no sin antes haber tenido que avisar al peatón de delante que se aparte porque no puedo pasar (tampoco tiene culpa, no tiene acera, sólo carril bici, en el que además cuenta con prioridad) llego al Parque de la Universidad. Su carril bici, frente la Escuela Oficial de Idiomas, tiene más agujeros que un queso gruyere. Lo mismo ocurre con el situado en la Calle Ana Abarca de Bolea, cerca de Policía Local. Y así, tras una aventura que me causa algo más que sudor, llego a casa todos los días con la misma conclusión, ¡Ir en bici en Huesca es toda una aventura!

miércoles, 16 de julio de 2014

426. La verdadera cifra del paro

En los últimos meses el optimismo se ha adueñado de algunos medios de comunicación y de la gran parte de dirigentes de Administraciones del Estado, con titulares encaminados a hacer ver al ciudadano que el desempleo está bajando a buen ritmo. No obstante, y a raíz de poder ir observando las ofertas del mercado laboral, puedo aseverar que esto no es así o, cuanto menos, no es de un color tan rosa. Hoy mismo, en el portal del INAEM, se puede leer una oferta para cubrir un puesto de “administrativo. Por tiempo de 9 meses. Con titulación o experiencia. Sueldo –mínimo- de 426 euros mensuales. Prácticas no laborales”. Además de parecerme una aberración que el INAEM sea intermediario de ofertas tan usureras, empiezo a comprender la factibilidad de que el paro vaya disminuyendo,  donde los parados se cansan de buscar de empleo o, en el mejor de los casos (porque también nosotros somos culpables) no tragan con los “chollos” que la administración y algunas empresas, pese a las condiciones, ofrecen de cierto a viento. Otro de los casos, para mí, vergonzantes, es la contrata de la limpieza y mantenimiento de las piscinas municipales de Huesca, sobre lo que poco se oye. No es difícil encontrar información de cómo el año pasado este servicio, ahora privatizado (sí, sí, va en serio), contaba con al menos 10 empleados. Sin embargo, este año, la empresa CLECE (perteneciente a un afamado personaje) ha ofertado el doble de puestos con la particularidad de que su jornada es la mitad, igual que su sueldo, rondando unos 400 euros. Y así, de privatización en privatización y de recorte en recorte de derechos laborales, los trabajadores que “tengan la suerte” de encontrar una ocupación verán muy mermadas sus condiciones y salario, lo que imposibilita la conciliación laboral, familiar y personal, y debería ser motivo de un profundo análisis. Estas son las cifras y vidas del paro, sumadas a aquellas personas que por hacer un curso – obligado en muchos casos por el Inaem - son borradas como demandantes o, encontrándose cansadas de la ineptitud de los dirigentes políticos, deciden emigrar a otro país. ¿Hasta cuándo?